Entrevista del Lic. Juan Manuel Carracedo a Rubén Coirini publicada en el Diario Digital "AGENCIA AMBA".
En Rosario esperan ansiosos recibir en noviembre de este año la visita del Maestro Yang Jun, actual representante en el mundo del estilo Yang.
En Rosario es posible experimentar el Tai Chi Chuan directo desde la fuente sin viajar a China. Entre el 26 y 28 de noviembre el Maestro Yang Jun estará enseñando personalmente en Rosario, que lo verá por primera vez. Lo recibirán con alegría su discípulo Rubén Coirini y un nutrido grupo de alumnos e instructores. Desde hace años la Familia creadora del estilo de Tai Chi Chuan más difundido en el mundo por sus beneficios para la salud, cuenta con Rubén Coirini (recientemente nombrado discípulo) para enseñar con empeño y humildad esta disciplina. Sus alumnos pueden aprender directamente de los manuales de la Familia Yang que fueron traducidos al castellano por él mismo. En la redacción del diario decidimos entrevistar a Coirini, a quien desde hace años conocemos y con quien entrenamos.
- Gracias Rubén por acceder a esta entrevista. Desde hace años estás enseñando en Rosario. Tu escuela Wude viene creciendo y sumando logros en lo que se refiere a mejorar la calidad de vida de los alumnos. Nos gustaría que le cuentes a la gente cómo y por qué llegaste a esta disciplina.
- Me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla, luego hice una rehabilitación larga. En esa época las rehabilitaciones llevaban 8 meses. Un amigo me recomendó Tai Chi para fortalecer las piernas. El había practicado kung fu y quería retomar con el mismo profesor con Tai Chi. Así que arrancamos, estuvimos un par de meses practicando. Luego el dejó, yo seguí durante más de 21 años y ahora este amigo y su esposa están practicando como alumnos míos. Y todavía no aprendí nada.
- Siendo que tenés un trabajo formal y no precisas dedicarte a esta actividad, por qué empezaste a dar clases?
- Creo que siempre el tema de la enseñanza lo tuve conmigo. Desde los primeros tiempos de práctica, aunque era muy novato me gustaba ayudar a mis compañeros. Después de muchos años supe que tarde o temprano iba a comenzar a enseñar. Cuando cambié el estilo y comencé con estilo de la Familia yang tomé la decisión y fundé la escuela Wude el 06/03/2006. Por otro lado, viéndolo hoy a la distancia, creo que si uno quiere seguir evolucionando en el arte, la enseñanza te da una óptica que es muy difícil de igualar. Te pone desafíos todo el tiempo para llegar al alumno. Porque uno lo aprende de una sola forma y sin embargo todos los alumnos son diferentes. Está la persona que visualiza, la que racionaliza los movimientos, el que precisa practicar, y a todos les tenés que llegar de igual manera. Entonces cuando vez que el conocimiento no llega de una forma te obliga a buscar otra. De esa manera vos también vas investigando y tu arte va creciendo.
- Vos estás transmitiendo el conocimiento tradicional de la Familia Yang. ¿Cómo estructuras tus clases?
- Desde mi punto de vista son bastante comunes. Te encontrás con el desafío de poner al alcance de todos, independientemente del nivel de práctica que tenga la gente, el suficiente conocimiento como para que la persona pueda crecer. Las clases no son personalizadas sino grupales. Entonces hay que buscar un equilibrio entre la atención individual y la atención del grupo. Nosotros practicamos un tiempo Chi Kung y el otro tiempo propiamente Tai Chi. Nos vamos separando por antigüedad. Trabajos con ejercicios y directamente con formas. Mi interés pasa antes que por lograr una forma por ir logrando naturalidad en los desplazamientos y en algunos movimientos básicos. Entonces los alumnos nuevos no comienzan directamente con la forma. Sé que es un método tradicional de enseñanza. Incluso muchos maestros chinos te ponen el primer día a copiar la forma y luego te van corrigiendo. Yo prefiero abordar lo básico antes de comenzar con las formas. Estoy convencido que se ahorra tiempo a la larga para no tener que corregir errores adquiridos o incorporados, lo que se llaman vicios.
- ¿Cuál es el rango de edades de las personas que asisten a tus clases? Como integras a las personas de diferentes edades?
- El grupo oscila entre los veintitantos y los 78 años de Luis que es mi alumno más grande. En algunos momentos de la clase los integro. Luis es de los alumnos más avanzados a pesar de su edad y de que a veces manifiesta condiciones propias de la edad. Hay gente mucho más joven que no le puede seguir el ritmo.
- Vos comenzaste por un problema de salud. ¿Te has vinculado en las clases con personas que se acercaron también por problemas de salud? ¿Haces un trabajo diferenciado?
- A lo largo de los años siempre llega algún alumno con una enfermedad crónica o que está recuperándose de alguna lesión o trauma. Yo siempre pido al alumno que primeramente obtenga el visto bueno del médico que lo trata porque la medicina occidental tiene una óptica diferente a lo que hacemos nosotros. Y después vamos viendo su evolución, sus capacidades, como van cambiando, como el alumno puede ir sorteando sus problemas iniciales. Sinceramente, alumnos con incapacidades notorias no he tenido. Siempre cuando tengo una entrevista inicial con el alumno, si bien dejo en claro que el Tai Chi es bastante inocuo y es muy poco probable que te cause un problema porque no hacemos posturas complicadas, porque no tenemos movimientos explosivos y porque trato de transmitirlo para que cada uno lo haga en función de su capacidad, sin presiones, sin competencias, yo dejo en claro en el comienzo que si tiene una patología discapacitante es preferible abordarlo desde otro ángulo. Por lo menos esa es mi postura.
- ¿Consideras que la capacitación que recibiste en estos más de 21 años te permite vincularte de manera efectiva y sin dificultades con las distintas edades y capacidades de las personas?
- Yo creo que sí, por lo menos en la experiencia que he tenido la gente está muy conforme. Siempre hay un índice de rotación en el alumnado. Hay gente que se acerca para probar, para experimentar, le han comentado que el Tai Chi es bueno para determinadas cuestiones, y en esa rotación hay quienes continúan practicando y quienes dejan porque evidentemente no los convenció el estilo o la disciplina. Pero sin embargo los que más se han quedado son las personas mayores y los que sufrían de alguna dolencia. En general el que deja es que se acercó por curiosidad para ver de qué se trata pero que no tenía ningún problema. Quizás su perfil no es el de la práctica del Tai Chi. Hay mucha gente que necesita ejercicios más dinámicos o de mayor impacto, verdad.
- ¿Vos notas que la gente que se queda mejora su condición de salud?
- Yo creo que sí. Esto, no haciendo test científico sino por la propia experiencia que transmiten. Las personas de tercera edad enseguida al poco tiempo (a los dos o tres meses), siempre manifiestan que han mejorado su condición de sueño, su capacidad para poder dormir de noche, su seguridad en los desplazamientos en las calles. Nosotros tenemos calles difíciles, veredas rotas, pozos, elementos de todo tipo. La tercera edad es quien más lo sufre quizás por no tener seguridad en sus piernas, por haber comenzado a transitar una vida sedentaria, sus miembros inferiores se van debilitando. Ellos después de 2 o 3 meses manifiestan esta seguridad que les transmite tener ligamentos y musculatura un poco más firme, más tonificada. Que no se hace con ningún trabajo de gimnasio, simplemente por el propio trabajo del Tai Chi.
- ¿Qué es lo que más disfrutas de enseñar?
- Cuando veo a los alumnos lograr los objetivos, es un placer indescriptible. Cuando uno propone un ejercicio y al principio ve caras de desconcierto pero cuando esas caras comienzan a transformarse y pasan a tener rostros de satisfacción y orgullo por haber conseguido lo que ellos entendían como difícil o imposible, eso es lo más placentero.
- Dijiste que el Tai Chi cambió tu condición de salud. ¿Cómo afectó tu vida personal a nivel familiar y laboral?
- Bueno, tengo un trabajo bastante complejo en cuanto a relaciones humanas y desde hace mucho tiempo con cada situación de conflicto o estresante que emerge, muchas veces compañeros de trabajo se arriman preguntando:
- qué era eso que vos hacías?
Porque ven hay un abordaje distinto al conflicto, una manera de reaccionar diferente. Y enseguida asocian:
- este hace algo raro, este no reacciona de la misma manera que el resto.
Ahí se acuerdan de esa cosa rara que hace Rubén y vienen y preguntan:
- che, yo tendría que empezar a practicar eso que vos haces?
Simplemente no porque me vean practicando sino porque ven una postura diferente. Creo que ese es el rasgo más distintivo desde lo filosófico y la actitud frente a la vida, la aceptación y el no confrontar directamente, como son las estrategias del Tai Chi.
- Vos sos de las pocas personas que tiene un nivel 4 con certificación internacional y preparas instructores. ¿Dónde estás viviendo y dando clases actualmente?
- Nací y estoy actualmente viviendo y enseñando en Rosario. La escuela está en el centro de Rosario, calle 9 de Julio 1851. Damos clases lunes y miércoles. Y regularmente hay un grupo de alumnos que viene desde CABA para mejorar el nivel para rendir los exámenes de ranking de la Asociación Internacional.
Actualmente tengo el cuarto nivel del ranking, soy instructor certificado por la Asociación de la Familia Yang, y estoy ayudando a los que vienen detrás de mí a seguir ese mismo camino.
- ¿Qué es para vos íntimamente el Tai Chi Chuan? Y no me refiero a una definición de libro.
- El Tai Chi es una parte muy importante de mi vida. Comencé a practicarlo cuando no tenía una familia constituida. Constituí mi familia mientras seguía practicando y aprendiendo Tai Chi y hoy reparto mi vida entre esos dos grandes amores: mi familia y el Tai Chi Chuan. Mi compromiso para el futuro es dedicarme a mi familia y a difundir el Tai Chi.
- Vos sos uno de los pocos occidentales que tuvo el honor de ser nombrado discípulo del maestro Yang Jun. Muchas veces acá en Occidente eso se utiliza para generar publicidad. ¿Qué significa realmente ser nombrado discípulo? Acá en Occidente no suele comprenderse realmente bien su significado. A vos te dieron un apellido básicamente.
- Sí, el concepto del discípulo es acoger a ese alumno y hacerlo ingresar en la familia. El maestro te otorga un apellido y te da un nombre que simboliza el rasgo que él ve en ese alumno. Significa un gran honor. Todavía no termino de entender “por qué?”…pero bueno, ya lo he aceptado. Además del honor que es individual, el gran compromiso para con el maestro y con la familia, porque ellos esperan de uno que continuemos ayudando en la divulgación del estilo en todo el mundo.
- Durante la ceremonia de discipulado te entregaron una espada. ¿Qué simboliza la espada que te entregaron?
- En la ceremonia de discipulado el aspirante a discípulo hace una petición al maestro, le ofrece un regalo y la tradición marca que se entrega el Sobre Rojo. Le ofrece un té al Maestro y a la Esposa. Cuando el Maestro acepta estas tres cosas, decide aceptar a ese aspirante como su discípulo. A partir de ahí la relación pasa a ser shifu-dizi (maestro-discípulo). Shifu es una palabra compuesta, de dos palabras: Fuqin que quiere decir padre y Laoshi que quiere decir maestro. Entonces la relación no es ya de maestro-alumno sino que pasa a ser de un poco maestro un poco padre.
La espada es un presente que el maestro le da a su alumno. Hoy todos los discípulos tenemos la misma espada con nuestro nombre grabado en la hoja. Es una espada real, es maravillosa. En el cuerpo de la hoja hay además de nuestro nombre en chino y nuestro nombre occidental, una frase que dice más o menos así: “el maestro solo puede mostrar el camino pero el alumno es quien debe recorrerlo”.
Esta relación de maestro-discípulo está basada en los conceptos Confucionistas. Todas las relaciones humanas en China se basan tradicionalmente en los aspectos que marcaron Confucio y sus discípulos. Básicamente tenemos la rectitud, benevolencia, coraje, fortaleza para continuar, respeto por los mayores, respeto por los iguales y por quienes están en inferioridad de condiciones. Es decir, hacia los hermanos, padres e hijos. Así que probablemente signifique rectitud. Pero la espada está muy relacionada con lo que es la cultura tradicional china. Así que no creo que tenga un único significado o simbología.
- Actualmente estudias con el Maestro Yang Jun, es decir, que quienes se acerquen a tus clases pueden contar con una transmisión directa de la disciplina. ¿Es así?
- Sí, estudio directamente con el maestro Yang Jun. De todas formas, a pesar de ser un discípulo del Maestro uno no puede dejar de reconocer que hay personas que sean o no sean discípulos tienen una trayectoria más larga y más rica. Eso no implica no poder seguir practicando con esos compañeros. Todo enriquece y de todo uno puede sacar provecho y beneficio. Así que no tengo inconveniente en practicar con otros compañeros.
- ¿Qué le decís a quienes se acercan por primera vez a esta actividad?
- Primero les digo que se den tiempo, que no renuncien. A veces la disciplina puede ser frustrante de acuerdo a las condiciones de cada uno pero siempre termina cediendo. Así que si hoy no me sale el ejercicio y mañana tampoco, posiblemente pasado mañana me salga. Uno no puede esperar resultados inmediatos porque esto está basado en una filosofía diferente, no en una postura occidental de resultados inmediatos. No es una Bayaspirina. Siempre que un médico recomienda a un paciente que vaya a hacer Tai Chi lo primero que le digo es que no es un analgésico. Si tenés una dolencia, problemas posturales, si querés bajar un cambio en tu vida, dale tiempo. Vas a notar los resultados enseguida, al mes, a los dos meses, a los tres meses. Pero no con la primera clase, ni con la segunda ni con la tercera. Y que siga y continúe su camino y trate de recorrerlo en todo su largo. No sé cuál es el final del camino. Creo que el final de mi camino va a coincidir con el final de mis días. Me gustaría que siguieran de la mano las dos cosas.
En Rosario es posible aprender directamente desde la fuente esta disciplina tan apasionante y enigmática, que atrae principalmente por su gran potencial para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas. Rubén Coirini, quien trabaja intensamente desde el 2006 en la difusión del Tai Chi Chuan estilo Yang, identificó a su escuela con el nombre WUDE (Wu significa marcial y De virtud), que hace referencia al Código Moral Marcial. Esto refleja la importancia que para Coirini tienen los valores en lo que se refiere a las acciones y la mente del practicante. Las acciones deben expresar Humildad, Respeto, Rectitud, Confianza y Lealtad. Mentalmente uno debe tener Anhelos, Resistencia, Perseverancia, Paciencia y Coraje. Luego de años de conocer a Rubén considero que las tres virtudes que más resaltan en su personalidad son la sinceridad, humildad y paciencia. Su amplia capacitación, pedagogía y valores humanos permiten disfrutar una experiencia placentera y relajante recomendable por completo. Los interesados en esta disciplina no deberían dejar de probar sus clases. Como docente realmente facilita el desarrollo de todo el potencial del alumno.
Agradecemos a Rubén por aceptar la nota y esperamos ansiosos la llegada a Rosario del Maestro Yang Jun en noviembre próximo. Mientras tanto aquí en Buenos Aires seguiremos entrenando, viajando a capacitarnos, y por sobre todo difundiendo este bello arte para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas.